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CUIDADO, UN CHIP PUEDE ADMINISTRAR SU VIDA

Por estos días, la moda en el mundo tecnológico está profundamente marcada por el RFID, que no es más que un “chip inteligente” con un diminuto dispositivo de silicio, el cual almacena un código único e individual para cada producto. Al pasar frente a una antena de radiofrecuencia, la energía enviada por la onda portadora es almacenada para retransmitir el código de respuesta. Tiene ilimitadas aplicaciones.

Por ejemplo, ¿se imagina que con sólo apretar una tecla se haga un inventario en línea de los productos de su empresa en distintos puntos de venta? ¿O saltarse la eterna fila del supermercado porque el total de su compra ha sido registrado por una caja automática sin sacar ni un solo producto del carro de compras?

En el cuerpo humano

Es tanta la fiebre en Estados Unidos y Europa por el tema RFID, que recientemente Amal Graafstra, un ingeniero informático de 29 años que reside en Washington, liberó un weblog donde ofrece detallada información, fotos y videos de una operación a la que se sometió para implantarse en su mano un chip RFID ( www.amal.net/rfid.html). El informático lo utiliza para entrar a su casa, abrir la puerta del auto e ingresar al computador. Sólo tiene que poner la mano en la puerta o en el teclado.

Graafstra es dueño de la empresa Morpheus Inc, que ofrece servicios a médicos. Comentó la idea del implante a uno de ellos, quien se ofreció para realizar la operación. Según el joven, ésta fue muy simple. El médico desinfectó el chip y su mano, y le aplicó anestesia local. Luego, insertó el chip entre la piel y el músculo. En total, no utilizó más de 10 minutos.

Por el momento no hay casas, empresas o computadores con sistemas que lean o reconozcan chips RFID, por lo cual Graafstra trabaja en su empresa para crear los programas y así masificar el modelo. A pesar de que los defensores de la privacidad no ven con buenos ojos ésta tecnología, cada vez hay más gente que adhiere a ella. De hecho, el sitio www.tagged.com es el punto de encuentro virtual de la gente que se ha implantado un chips RFID. Por otro lado, hace unos meses, la disco Baja Beach Club de Barcelona ( www.baja-beachclub.com/bajaes/asp/zonavip.aspx) anunció la implantación de dispositivos de identificación Verichip a sus clientes VIP. Con un implante del tamaño de un grano de arroz bajo la piel del brazo se tiene acceso a la zona reservada de la disco, y los consumos se anotan en la cuenta del cliente. Algunos clubes de Australia han copiado la idea.

También la fiebre del RFID ha llegado al sector privado. Mastercard presentó en Europa un nuevo modelo de tarjeta de crédito diseñada para los pagos de pequeño valor. Funciona de manera inalámbrica, gracias a una antena de radiofrecuencia. Cuando un usuario quiere hacer un abono por una compra, basta con que acerque la tarjeta a un lector. Incluso es suficiente con acercar la cartera (a menos de dos centímetros), sin sacar la tarjeta. A través de una antena de radiofrecuencia (RFID) que lleva incrustada, invisiblemente, se realiza el intercambio de información. También está el caso de Wal-Mart, que está llevando a cabo la primera prueba práctica y a gran escala de la tecnología RFID en los Estados Unidos, exigiendo a sus proveedores un rastreo de inventarios más efectivo. También líderes industriales de la talla de SAP, Intel, IBM y Sun ya han realizado inversiones en el desarrollo de soluciones RFID.

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